2.5.09

Una tarde que era madrugada

Hubo un día que lo soñé, pero no fue ayer, una ocasión en la que me imaginaba las cosas pero no fue ayer, ayer era de tarde, pero también de madrugada, las tazas estaban guardadas, y se dejaba ver la lima, junto al sal, golpeando al tequila, uno de esos de doce años, para una persona doce años no son nada, hubiese estado hablando con una niña, para un tequila es mucho. Ayer era de madrugada, pero también era de tarde, había voces, canciones de fondo, risas, palabras, llamadas, ausencia de imágenes, presencia de miradas, intuía la silla clásica, luego la azul, vi atardecer mientras era de madrugada, escuche su risa, entre en su cocina, disfruté de su ensalada y seguían las canciones, las otras palabras, las llamadas, la ausencia de miradas, la presencia de imágenes y entonces pasó, el sueño se hizo realidad, ya no era de tarde, seguía siendo de madrugada, ya anochecia, pero seguía siendo de madrugada. Ya no había tequila, ahora había imágenes, pero también miradas, silencios cómplices, deseo, canciones, palabras, no volvieron las tazas, esta vez tampoco las cucharas, su espacio lo ocupaba la corona que en mano tenía no el rey si no Reyes, si quiero le dije, ella solo me miraba, su sonrisa dibujaba la felicidad en su cara, yo aquí sigo, esperando que lo que había soñado, esta vez no fuera un sueño.