En un rincon de Mexico DF

Estoy aquí sentado en la cama que tantas veces había visto, pero que no sabía a que olía, me he encontrado con la taza, tambien con la torre iluminada, la que está sin iluminar, he recorrido los espacios y los tiempos, jugado entre mariachis y reido entre luchadores, pero sobre todo he descubierto los encantos de la fruta de la pasión que se entremezcla con la manzana verde, el clavo y la frescura del genjibre, la canela o la confitura de naranja perdida entre un aroma que recuerda a lo mineral pero que estoy seguro que no lo es, es casi una sensación mas que un aroma, bueno la verdad es que sensaciones me han regalado unas cuantas y todas envueltas de magia, esa sensación es un aroma tan personal que me resulta casi imposible de describir pero que podría ser el de sombras de luz, la escultura de Alba que situada en el Rinconin de Xixon mezcla cuando llueve, el metálico óxido con la tierra golpeada por el agua, el salitre del ambiente y los herbaceos que lo rodean, esa tierra es una nueva sensación tambien, aquella que tuve un dia al oler la mojada en Eivissa entre viñedos, ahí aparece la brasa húmeda de encina que en alguna ocasión empleé para hacer aceite ahumado y todo matizado con una de las flores que mas me gustan gastronómicamente, la del "arbeyu" (guisante). Sería capaz de perderme por cada uno de esos aromas para no volver a encontrarme nunca, es una sensación de sensaciones, un regalo entre un ciento, un fragmento en medio de un collage, un espacio en este camino en el que a veces me siento perdido y en otras no quisiera encontrarme. Llueve de nuevo sobre DF, he visto llover todos los dias desde que estoy aquí, es como si la ciudad necesitase la lluvia, sol, calor y lluvia, el dia tiene mucho espacio para acogerlo todo. Hoy sigo caminando, no se, creo que huele de forma especial Mexico...